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12/6/09

Mala literatura.

Algunas I.D.E.A.s (Intentos De Escritura Automática), que sólo valen como tales (como mucho):
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28 – La metáfora.
La poesía de la codificación no es sólo ruido, es traba, sí, para qué. Posibilidad probable recientemente evaluada por mí es la de evitar el entendimiento de quien no pueda entender, reduciendo el feed-back hasta las personas, o lectores incluso, que sean capaces de sentir empatía. Así nos ahorramos explicar vergüenzas ante el que no las comprende y ríe, y compartirlas gozosamente con quien las comparte, sin goce alguno. El problema a simple vista (no sé si hay vista carente de simpleza, o si la hay no carente de ella, pero prefiero seguir el protocolo) es el siguiente (aunque preceda a cualquier intento de expresarlo, preexiste a este texto, aunque aquí se lo descubra por usted, o sea que para usted desde aquí exista, pero creo que tenemos derecho a pensar que hay Verdad más allá de las meras verdades con que cargamos desde que somos capaces de formular algo): la metáfora, encriptar verdades por inapreciar su desnudez (o por los motivos previos, todo vale) es que se abren caminos de percepción, más de los adecuados. Ahora cada cosa no sólo significa la conexión entre lo que por sí sola significa y lo que quiero que signifique, sino todas las posibles conexiones entre lo que quiero, lo que es, y lo que quiera el receptor, que potencialmente es infinito (sobretodo si se domina el inglés). Lo que no es seguro (no es que no Sea seguro, todo es seguro en sí, digo que no es seguro en mí, pues tengo la habilidad de ignorar y carezco de la habilidad de no hacerlo) es que esto sea necesariamente puro estorbo, y no parte de la búsqueda (de existir tal cosa, que recientemente he negado). Me limitaré, una vez más, a la sabiduría tradicional: no sé.

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31 – Manifiesto I.

En medio del ocio aprendí, porque de otro modo no supe ser, a rastrear los orígenes de mí mismo. De no sé dónde aprendí que de mí, el origen estaba en, al menos, todo lo precedente, pues la red de causas y consecuencias no debe ser cortada arbitrariamente, mas que para simplificar respuestas: garantizar mentira: garantizar verdad. Esto ultimo es expresión de lo aprendido al rastrearme a mí en la historia, y verla, y ver que no hay Lo Seguro, no hay de lo visto más que lo visto: el ojo es todo: no hay objetividad, todo conocimiento es subjetivo y, bajotodo, fruto de irracionalidad; justificaciones (pseudo)racionales de un querer instintivo. Todas nuestras verdades que se pretenden descriptivas de lo exterior (postulación humana: lo exterior no se puede probar, no hay nada seguro más que: “pienso”, pero incluso la acción Pensar es discutible, quién sabe si es lo que creemos). Nuestras verdades, como mucho, son verdades como descripciones de nosotros, no nos expresan mas que a nosotros, no hay Mundo en nuestras palabras, no hay Mundo en Platón, Cristo, Nietzsche, etc. O, si lo hay, es pura casualidad. Podemos suponer posible, entonces, a partir de la observación de las tendencias evolutivas históricas y de algún que otro divague más: que entre todas nuestras verdades, no hay una sola verdad.
De todos modos, puede que sí.

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33 – Manifiesto II.

Subcutáneos son tantos gritos silenciosos. Son rugidos de animal (yo, usted, etc.) lleno de vacío, tan lleno de puro instinto como siempre; rugidos recubiertos con el cascarón del sentir y del pensar (cada uno más nuevo que el nombrado justo antes). Cada uno cada vez más grueso, más opaco, pero igual de gobernado por el gruñir, el tener hambre, el sentir sin motivo cognoscible deseos de perpetuarse a uno mismo (a uno mismo, como mero representante de la estirpe). Las casualidades nos diseñaron mentirosos, negadores del instinto por ser característico de la víctima: otro animal (humanos inclusive, sobre todo en pasados remotos; y hoy: bajo todo). La facilidad de supervivencia nos ha ablandado y poco a poco el círculo de pertenencia se agrandó, incluyendo cada vez más exterior, al compás de las exclusiones internas. Pero la practicidad ya le dirá no a la comprensión, y sólo quedará la contradicción (con todo lo que esto significa: cargar con más fuerza que siempre contra nosotros mismos) o la contradicción (pero eliminada de todo lo negativo que ella significa: ya como parte constitutiva del animal-no-animal, como parte inevitable del negador de orígenes y verdades subcutáneas <por qués y para qués>, y como primer síntoma de algo inmenso que también habremos de negar y admitir… como negable: moral). Conquistada aquella frontera, el más-acá, ya no sé qué nos quedará por llorar.

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50 - ¿Por qué condenamos tanto el uso de drogas materiales, y nadie alza su voz hacia el amor?

En lo que estéticamente creeré un acto heroico y medianamente único hacia la abstracción, hacia la idealización, la intelectualización del instinto, diré que, finalmente, ya no es la señorita L. E. la que ocupa (con tanta belleza y horror) el espacio dentro de mi cráneo, sino su par metafórico (previo a ella) llamado: María Iribarme. Así: la liberación. Así con sólo pasar páginas puedo estar completo, irritarme, sentirme feliz, torturarme, etc. Ya no hace falta que realmente lo haga, las emociones estarán atenuadas, claro, hasta q finalmente haga entrar a la versión “real” de María a mi vida, cosa que veo innecesaria y veo cuan perniciosa podrá ser, cuanto obnubilará mi visión, pero al fin y al cabo es sabido que lo haré, quedando cada vez más claro que el “amor” es una droga más. Que brinda emociones enormes, pero nos hace abandonar todo lo que construimos y, además, o como parte de lo mismo, provoca dolores increíbles, nos aleja de toda esa felicidad que en él buscamos… y aún así no dejamos de desearlo. Nada hay más poderoso que el deseo de desear, salvo quizás el de desear ser deseado. Pero, cabe preguntarse ¿por qué condenamos tanto el uso de drogas materiales, y casi nadie alza su voz hacia el amor? ¿Por qué no vemos campañas preventivas de algo tan hermosamente atroz? ¿Por qué, ante la sonrisa del enamorado, no nos sentimos mal por él y no le ofrecemos nuestra ayuda? ¿Por qué no internarnos preventivamente en una clínica, antes de que el amor nos vuelva locos o estúpidos?

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55 – Mi inverso exacto, Usted.

Hoy me construí un canasto de mimbre

Y de cristal:

Mi cajón. Me arrojé al Río de la Plata, desde la orilla que da a la península aún secreta que se extiende desde atrás de Ciudad Universitaria.

Me arrojé, nomás,

Y me dejé arrastrar por la corriente.

Morí algunas veces en el trayecto.

El sol me fue resecando la piel, las aves hicieron nidos con cada tramo de mí que se prestase (o no) para tal acción.

Con el tiempo,

Con no tanto tiempo como el humano-urbano promedio cree, pasé a ser algo diametralmente opuesto a Juan Martín García Guevara.

Quien me observó anonadado al encallar en alguna orilla no pudo verme, creo que ya definitivamente no era yo: el tiempo y la inacción me habían convertido en mi inverso exacto. Aquel ser humano vio en mí,

Seguramente,

Su reflejo.

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70- Esperando --: el deceso de todos aquellos que me Aman --: libertad.

¿Por qué me observás? ¿Qué te atrae de leerme? Fan. No nos basta con nuestras vidas queremos admirar las de otros. Y cuanto más decadentes, mejor, aunque parezca contradictorio.
La decadencia es dificilísima: demasiado Amor alrededor nos lo prohíbe. Uno tiende a creer que es más fácil el éxito que el fracaso: no es tan así. Tener una madre dificulta todo. Tener un padre, amigos, otros familiares, Pasado, etc., también, en menor medida.
El suicidio es mucho más complejo que el no-suicidio.
El Amor es, si lo que se quiere es la absoluta Libertad (incluida aquella que marcha en contra de uno mismo), la mayor y más pesada cadena.

Así que acá estoy, esperando el deceso final de todos aquellos que me aman más de lo correcto (que, como Madres, aman un ideal, un concepto, no un Ser y sus vicisitudes), y a los que, claro, también amo. Esperando Libertad.

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Madre mía: en tu espíritu encomiendo mis manos.

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71- Manifiesto III

Las cenizas.
Las armas de los ejércitos del destino son: nosotros.
Nuestros cuerpos, nuestra carne, nuestro semen.

Cenizas, será lo que quede, cuando al fin la batalla se emprenda.

Cuando la tensión se libere y almas y cuerpos se despedacen unos a otros.

Y, gane quien gane, sea ceniza.

Animales: la ceniza.
Pasado y futuro, lo bestial: alma o carne, razón o sin razón.
Son distintas lenguas del mismo lenguaje.

1 comentario:

García Guevara dijo...

Maldito Blogger y su pelotudo editor de txt!