82x47,5cm
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Y por más abajo: parte del proceso que me llevó hasta esta obra.
(si esta impronta/grafismo/estilo [acrílico + lápiz] te copó, puede que también te guste esta obra: http://garciaguevara.blogspot.com/2009/03/sinceramente-no-se-que-pija-pasa-no-voy.html )
I.D.E.A.* Nº 38: Cerca de la Rebolución I
“mutilado, desnutrido, deformado, ojo de vidrio muestra tu cicatriz” sonaba desde una radio de la que podemos presumir: perfecta o defectuosa, o, como les gustaba pensar a esas “personas”: perfecta por imperfecta. Me encontraba yo, creo, en uno de los barrios de los Deformes: Villa Apóstol. Allí se acercó un hombre con un tercio de la jeta quemada, mirando a los dos que escuchaban la radio (un manco, el otro, desconozco, pero a juzgar por su piel, sus ojeras, su status, su pelada, diría: canceroso).
--Caraquemada:- ¡Hey, qué hacen escuchando a ese Normal de mierda?
--Canceroso:- Pare. Eso mismo discutíamos con Sócrates ¿Puede considerárselo un normalito?
--Caraquemada:- No veo por qué no.
--Canceroso:- Usté’ no ve a secas.
(nota: Caraquemada tenía un tercio de su cara quemada, ese tercio comprendía desde la comisura derecha de su boca hasta la frente del mismo lado, ojo mediante: su ojo, achicharrado hacía tiempo, fue extirpado pa’ que no se le pudriera hasta lo sano y mantuviese el equilibrio deseado perfección-imperfección)
--Sócrates (o el tercer Deforme, calculo que a él se referían al nombrar ese nombre):- ¡Ajajajaj!
--Caraquemada:- …
--Canceroso:- Déjeme explicarme: no carece de Anormalidad este Charly: yo sostengo que sin cierto complejo de debilidad y homosexualidad, sin todos sus problemas familiares, sin etcétera, no hubiese llegado a construirse tan alto: faltaría buena base.
Todos juntos continúan discutiendo, el que está a favor, el que está en contra, todos sin notarlo lo hacen al compás de la música. Yo prosigo la caminata, los dos guardias síndrome de down no me dejan detenerme, y no me atrevería a pedirle nada a alguien de cerebrito tan impredecible y puños tan grotescamente fuertes, pesados. Sus pieles de larva me dan asco, sobre todo bajo la luz pálida de las lamparitas de ahorro (que los Deformes ya están volviendo lentamente a su estado original, más contaminante, por puro principio). Me llevan, aparentemente, hasta el hogar o la guarida de uno de los hombres del Rey. Caminamos, cruzamos el empedrado de Artigas, que me resbala, y ahí el primer indicio de cercanía: un cuerpo destrozado en el pavimento: presumiblemente el de un Normal: efectivamente, quizás la gran revuelta se aproxime. Habrá que luchar.
* Intento De Escritura Automática
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