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18/4/09

Lenguaje e Intraducibilidad en/entre "Arte", Hecho y Psiquis + dos ilustraciones B/N


No todo Pensar se estructura mediante el lenguaje de las palabras
(Ej.: filósofo, diseñador y artista)


Muchos se equivocan al creer que el Humano (todo humano) piensa a través del lenguaje de las palabras. Esa, claro, es una consecuencia de la cultura que se habita, por lo tanto es modificable, incluso de individuo en individuo puede variar las estructuras mentales, o en un mismo individuo en distintos momentos de su vida o estados mentales: no siempre los pensamientos se sustentan en el lenguaje de las palabras (lo nombro así por considerar que se puede hablar de lenguaje de las imágenes, de los sonidos, etc.).

Creo haber leído que Nietzsche o Einstein dijo (quizás uno dijo esto y el otro lo opuesto, no sé) que él pensaba a través de ideas, de abstracciones, que pobre de aquél que considerándose a sí mismo un Pensador, piense traducido de antemano al lenguaje de las palabras. Alguien así sólo alcanzaría “verdades” indirectas, funcionando dentro de un sistema cultural específico, pre-convencionalizado. Y coincido.

La reflexión a través de las palabras da lugar a juegos literarios intelectualoides, a teorías donde “Verdad” y Belleza compiten o se aúnan (Eco, Peirce, Borges, Macedonio, etc.). Da lugar a teorías que, analizadas exclusivamente como eso (teorías), son “blandas”, pero no menos merecedoras de elogios o insultos (si se las juzga globalmente, sin diferenciar la búsqueda Intelectual de la Estética); sólo que se trataría de elogios o insultos de otra índole.

Este texto viene a cuenta de algunas frases que vengo oyendo de distintos profesores o jefes de cátedra de la carrera de Diseño Gráfico de la U.B.A. (Groisman, el casi-pelado de Brignone 2, etc.) según los cuales el diseñador, como todos, piensa en palabras. DEBE pensar en palabras, en conceptos claramente verbalizables, luego traducirlos a imágenes, interfaces o lo que fuese. Dicen que toda idea plasmada en un diseño que se precie debe ser traducible a palabras. Lo cual (exceptuando que entendamos esa necesidad de traducción en un sentido de éxito mercantil [conseguir o mantener un laburo] en lugar de en un sentido de éxito estético-comunicativo-expresivo), repito: lo cual, exceptuando aquello, me parece una soberana pelotudez. Es como decir que para escribir en castellano sólo puedan utilizarse conceptos que ya existan en, por ejemplo, el alemán, y que todo aquello no traducible no se emplee, siendo el empobrecimiento del texto final el único resultado. Además, un BUEN diseñador (o artista, aún más en el caso del artista, que no debe lidiar tanto con clientes, jefes y contratistas dando y pidiendo explicaciones) DEBE pensar en imágenes (podría ampliarse hacia el efecto de los otros sentidos, dependiendo el tipo de diseño o arte y de la profundidad y/o extensión que se les conceda).

Difícilmente algún día el diseñador/artista se embeba tanto de códigos visuales como para que la Imagen estructure por completo sus pensamientos, pero al menos lo hará en parte (lo afirmo por experiencia propia).

Así uno entiende que algunas (quizás todas las) imágenes no pueden traducirse o explicarse con palabras sin cerrar demasiado su sentido o torcerlo, endurecerlo, convencionalizarlo. Por lo tanto esa imagen nunca podría haber nacido del lenguaje de las palabras, necesita de conceptos y códigos externos a él. No todo puede traducirse a palabras con exactitud, ni viceversa.

Por eso es tan incómoda a veces esa pregunta de “¿qué quisiste decir con la obra?”, porque toda explicación verbal sería distorsionadora, simplificadora o simple mentira. Si un artista tiene el suficiente virtuosismo y la suficiente “cultura” artística puede lograr transmitir con enorme precisión algo que para otros lenguajes sería intransmisible (así como ellos también pueden transmitir cosas que el lenguaje plástico no). Ante estas obras ninguna explicación podría aclarar más que oscurecer, ninguna sería tan precisa como la obra misma (a lo sumo puede pensarse en una explicación hecha también mediante Imagen, o en un acumulamiento de conceptos lingüísticos bien grande, que por mutuos descartes y asociaciones se aproximen, y sólo aproximen, al efecto de sentido de la obra).

Ante la pregunta de “¿qué quisiste decir?” la respuesta menos traicionera que puedo dar es la obra misma.
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Apéndice:
¿Y no es el lenguaje de los sueños muchas veces intraducible al de las palabras? ¿Y no tenemos TODOS acceso a él?



Sin título (MSN)
Lápiz - ¿2006?


De cómo toda Manifestación Psíquica Intensa debe provenir de otra Manifestación Psíquica y no de una Manifestación Física
(Intraducibilidad)


Antes que nada:
Éste sería un buen ejemplo de pensamiento en palabras: no alcanza Verdades sino “verdades” estéticamente satisfactorias (resta ver hasta qué punto toda o casi toda teoría hace, con mayor profesionalismo o no, encubiertamente lo mismo). Ahora sí:
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¿Las emociones más intensas y más revivibles (distinto de rememorables) no están siempre en el soñar, en el rememorar y en el imaginar, más que en el actuar?

Creo que sí, aunque siempre, de modo indirecto, dependan de la Experiencia real para manifestarse (lo que se sueña, recuerda, distorsiona o crea tiene siempre una base realista en algún punto, más o menos verosímil, más o menos anclada en lo posible, pero nunca brotan de la pura abstracción, creo) ---> aún así, como no se sabe de ningún ser con nula Experiencia Sensorial pero sí con capacidades comunicativas, no podemos saber si la Representatividad es o no un factor necesario para producir una Gran Emoción. Quizás toda Gran Emoción venga ligada indirectamente al mundo sólo porque nuestra psiquis no es capaz de estructurarse distinto.

Me imagino que, de poder estructurarse de otros modos no-figurativos, de modos no-referenciales, o a lo sumo auto-referenciales (en relación exclusivamente a ella, a la Psiquis, al pensamiento “puro”)… repito: de poder estructurarse de modos no-figurativos alcanzaría intensidades de Emoción y Sensación máximas, pues ya se movería absolutamente dentro de un mismo lenguaje, y la pérdida “comunicativa” sería nula.

En relación a esto último y volviendo pa’ atrás, digo algo que debería haber dicho antes:
¿Por qué son (al menos así me parece) más intensas las emociones que son respuesta a un estado Interno, que aquellas que responden a un estado Externo? Más eternamente revivibles en su total intensidad.

Creo que es un problema de Lenguaje, de traducción:
En toda traducción se pierde algo, no todo es traducible inalterado de un idioma a otro, de un arte a otro, de un sistema de signos a otro, de un contexto cultural a otro, etc.

Un ejemplo: traducir un tango “en lunfardo” al inglés. En esa traducción necesariamente se perderán parte de las particularidades del castellano, pero sin avanzar sobre casi ninguna de las peculiaridades idiomáticas del inglés: sólo pueden traducirse “eficientemente” los Puntos de Contacto (que, de todos modos, nunca son de Contacto Pleno, por eso las comillas). Las especificidades de ambas partes se tienden a perder en toda traducción y, con ellas, el alcance Almístico-sensible (pues con el Racional es diferente, en parte) de lo traducido.

Esto creo que es lo que pasa con las Emociones cuyo origen es el Mundo, la Experiencia, el Hecho: se originan en un sistema (la “Realidad Material”, por llamarla de algún modo) y deben ser traducidas a otro medio (la “Realidad Psíquica” o “Espiritual”), en el proceso algo se pierde.

Un ejemplo: los Sueños: creados por y para el cerebro (con todo su exclusivísimo bagaje simbólico) siempre dentro de sus estructuras posibles y con su lenguaje. Ocasionalmente (pues no necesariamente siempre tendría por qué ser así) estos Sueños alcanzarán áreas que le son exclusivas (exclusivas de la Realidad Psíquica, y más específicamente de uno de sus múltiples idiomas: Sueños), y que una Vivencia jamás podrá tocar por manejarse con reglas distintas.

Del mismo modo se da a la inversa: no todo pensamiento o emoción nacida del cerebro es traducible al Mundo, a la Realidad Material, no si esa Idea (la llamo así por simplificar) es lo suficientemente singular, fruto del Individuo “puro” y no de una convención cultural, ya asociada por costumbre o ley a determinada representación física (Ej.: “felicidad”---sonrisa, “miedo”---oscuridad, “sueño”---cuadro de Dalí *, “fuego”---sonido de fuego).

En conclusión:
Casi nunca se llega a expresar algo no expresado ya de algún modo, o ya presagiado, hacia mentes que no estén ya acondicionadas.

¿Las maneras de Manifestación psíquicas también responderán, en su mayoría, a un código convencional en relación a la representación mental de la Realidad Material? ¿Es decir, entonces, que ante un Hecho, Objeto, etc. novedoso para nuestra Realidad Espiritual, sólo podemos, en líneas generales, asignarle una Reacción preexistente?

Me perdí.
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* Que nadie dude de esto: ningún sueño se parecía (y pocos, casi ninguno, se parecen), al menos estéticamente, al modo en que Dalí representó: su semejanza es convencional (tan naturalizada como vuelta innegable, quizás innegable desde antes de su naturalización: ahí lo llamativo).



Crítica Mordaz o Descripción Imparcial de Mí Mismo
Tinta china y estilógrafos - 2007


Intraducibilidad en “Arte”


El “problema” de la Intraducibilidad afecta a toda manifestación humana. Veamos específicamente al “Arte”:

Siempre o casi siempre, entre lo imaginado y lo finalmente realizado, habrá, creo, cierta distancia. En los casos (mayoritarios) en que lo imaginado sea muy Convencional, lo no-traducido (la pérdida de especificidades, connotaciones, exactitudes, vaguedades, etc.) será poco, irrelevante.

Con respecto a las Manifestaciones Físicas originadas en espíritus más distanciados del común de la gente (de sus mentes) la distancia será mayor, pues no habrá convención previa de traducción sino que habrá que resignarse a su inexistencia (¿cómo?) o crear una nueva (perdiendo infinidad de matices). Quizás la opción más válida para esquivar este problema casi sin consecuencias negativas sea adaptar la Realidad Psíquica al área específica de la Realidad Material con que se pretende expresar.

En cuanto a lo último:
Para colmo el problema de Traducción puede volverse más agudo: ya no entre Realidad Espiritual y Realidad Material, sino entre aspectos más específicos de cada una, entre sus diversas subestructuras.

Ejemplos: intentar pintar una idea Política, intentar volver música una Imagen, intentar esculpir un concepto Abstracto-metafísico, etc. En esos casos, nunca se llega a la captación plena de la Idea/Sensación original, ni al aprovechamiento total del Medio material y cultural con que se expresa.

Las consecuencias de este tipo de accionar (base de casi todas las Vanguardias de fines del S. XIX y principios del XX: meros ejercicios de aprendizaje, casi nunca Obras Totales), para colmo pelotudamente glorificado con frecuencia, fueron ejemplificados en “No todo Pensar se estructura mediante el lenguaje de las palabras.
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“Los lenguajes artísticos se diferencian de otros tipos de lenguajes (y por eso son artísticos), por el hecho de que los códigos de entendimiento no están prefijados sino que se establecen durante la propia comunicación, no antes.”
Luis Felipe Noé.

1 comentario:

García Guevara dijo...

Thank you for telling me!
It's really great to know that people from... I don't not where (but surelly not from Argentina haha) appreciate my art and take some time to take a look at it.
Good luck!
Juan